https://mamidesdemipuntodevista.blogspot.com/

Oro, a quien oro merece.



Muchos han sido inspirados por Monica Puig(1), incluyéndome. Pero en este escrito me refiero a su madre, Astrid Marchán, quien siempre la ha acompañado en toda su carrera.
"Esa sencillez de espíritu, así como su amor por el prójimo y por Puerto Rico fueron de las muchas cosas que aprendió de su madre, Astrid Puig Marchán." - indico María de Lourdes “Lulú” Puras para El Nuevo Día.
¿Pero por qué ella? Por que ella a aportado en gran parte a lo que hoy es Mónica. Su mamá ha sido instrumento de apoyo e inspiración para alcanzar sus logros. Entonces, ¿por qué no dar "Honor, a quien honor merece"? Astrid en muchas entrevistas expresa las grandes frustraciones que han pasado y lo mucho que ha tenido que apoyar emocionalmente a su hija para que se levante y siga luchando.

Mónica, cariñosa, familiar y por sobre todo humilde, su cualidad que la ha llevado a ser la querendona de Puerto Rico. Se crió en un entorno familiar unido, pero sobre todo de mucho respeto. Su madre relata que jugó todos los deportes y que siempre fue una persona bien activa. Al final su madre vio que se inclinaba más por el deporte del tenis y entonces ahí se dirigió. Siempre tuvo el apoyo de ellos, en especial el de su madre, quien dice que siempre le ha encantado los deportes. Pero por sobre todo le enseño la importancia de mantener esa unión familiar que los caracteriza.  
"Uno se acuerda de todo el esfuerzo que hemos puesto para llegar hasta aquí."  -Astrid Marchan, para Primera Hora
Y a esto me refiero, nuestro esfuerzo es pieza clave en el éxito de nuestros hijos. Es nuestra responsabilidad para con ellos. Y no me refiero a reflejarnos en ellos y tratar de arreglar nuestras frustraciones, si no apoyarlos en lo que ellos realmente quieren, en sus metas. Toda persona de éxito necesita de ese pilar que lo anima y lo reanima una y otra vez, y que mejor que esa persona sea tu mamá. Quien te vio crecer, quien te dio la vida y quien mejor para saber lo que necesitas y cuando lo necesitas.
   


En un momento de mi vida viví con mi tía y recuerdo que sus dos hijas estaban en el deporte de la natación. Un día una de ellas no quería ir a su practica y yo le pregunté a mi tía que por que la obligaba a ir si ella no quería. Su respuesta: "Ellas escogieron estar en el equipo, pues ellas tienen una responsabilidad para con ellos". Y en ese momento no entendí, pero ahora se que fue muy responsable de su parte llevarlas por ese camino de cumplir y ser constantes en sus responsabilidades. Hoy día no son nadadoras profesionales, pero yo les aseguro que esa responsabilidad que su mamá les inculcó les ha ayudado y les ayudará por el resto de sus vidas. Su mamá era quien estaba siempre ahí con ellas, y aunque no entendía del deporte, sus hijas siempre contaron con su apoyo.



Nosotras como madres siempre decimos; "Por nuestros hijos damos la vida". ¿Pero hasta que punto? Por que apoyarlos hasta el final y estar ahí en sus logros y derrotas, es también darlo todo por ellos. Ese apoyo es esencial y es un regalo invaluable para los hijos. Un legado que vale mas que el oro.



Fui atleta, representé a mi pueblo y a mi universidad por muchos años. Muchos de mis familiares y amigos no estaba de acuerdo y no me apoyaban. incluyendo mis padres. En todos mis años jugando creo que vi una sola vez a mi padre en el parque, la única que puedo decir que me apoyo más fue mi mamá. Aunque no sentía ese apoyo directo, pero estaba ahí conmigo en los partidos en mi pueblo y eso valía mucho para mi. Luego estaba mi hermana, quien me acompañaba en los juegos más importantes. Quien me vio perder, pero también disfrutaba mucho verme ganar. Ese apoyo fue vital durante mis años en el deporte y hubiese dado lo que fuera por haber sentido más ese apoyo familiar.  


Mamá que me lees, que este triunfo de esa gran tenista nos sirva de ejemplo para saber lo importante que somos en la vida de nuestros hijos. Al igual que Mónica buscaba a su madre en las gradas, así también buscan los hijos nuestras caras en sus momentos de éxito. Pero no solo en sus momentos de gloria, si no también en sus momentos de caídas donde necesitan ese "No hemos terminado aun, así que levántate y vamos por más". Nosotros no estamos solos para darles de comer, llevarlos a la escuela y trabajar para darles un techo; tenemos que estar también emocionalmente. Tenemos que dejarnos ver no solo en las victorias, si no también en sus derrotas. Muchas de nosotros conocemos el talento de nuestros hijos, aprovechemos eso y apoyémoslo. Hay que aprender a escucharlos y a ser apáticos. ¿Sacrificado? Y mucho, pero eso lo hemos sabido desde que aquella prueba dio positivo. No tronchemos ese sueño por que creemos que es imposible. Se puede y hay que intentarlo, por que en el futuro no será tu frustración, si no también la de tu hijo. Tenemos que ayudarlos a encontrar ese don con el que todos nacemos, hay que desarrollar en ellos esa cualidad que sobre sale. Vamos mamás, voy a nosotras. No nos quedemos tras bastidores, seamos parte de esto. Yo estoy segura que lo disfrutaremos y al final diremos como dijo Astrid Marchán... 



"... fue un momento especial. Nos abrazamos todos. Le dije a mi esposo ‘lo logramos’”, recordó Astrid para El Nuevo Día.



(1)Mónica Puig Marchán es una tenista puertorriqueña, campeona de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en la categoría individual femenino. (https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%B3nica_Puig)