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Oro, a quien oro merece.



Muchos han sido inspirados por Monica Puig(1), incluyéndome. Pero en este escrito me refiero a su madre, Astrid Marchán, quien siempre la ha acompañado en toda su carrera.
"Esa sencillez de espíritu, así como su amor por el prójimo y por Puerto Rico fueron de las muchas cosas que aprendió de su madre, Astrid Puig Marchán." - indico María de Lourdes “Lulú” Puras para El Nuevo Día.
¿Pero por qué ella? Por que ella a aportado en gran parte a lo que hoy es Mónica. Su mamá ha sido instrumento de apoyo e inspiración para alcanzar sus logros. Entonces, ¿por qué no dar "Honor, a quien honor merece"? Astrid en muchas entrevistas expresa las grandes frustraciones que han pasado y lo mucho que ha tenido que apoyar emocionalmente a su hija para que se levante y siga luchando.

Mónica, cariñosa, familiar y por sobre todo humilde, su cualidad que la ha llevado a ser la querendona de Puerto Rico. Se crió en un entorno familiar unido, pero sobre todo de mucho respeto. Su madre relata que jugó todos los deportes y que siempre fue una persona bien activa. Al final su madre vio que se inclinaba más por el deporte del tenis y entonces ahí se dirigió. Siempre tuvo el apoyo de ellos, en especial el de su madre, quien dice que siempre le ha encantado los deportes. Pero por sobre todo le enseño la importancia de mantener esa unión familiar que los caracteriza.  
"Uno se acuerda de todo el esfuerzo que hemos puesto para llegar hasta aquí."  -Astrid Marchan, para Primera Hora
Y a esto me refiero, nuestro esfuerzo es pieza clave en el éxito de nuestros hijos. Es nuestra responsabilidad para con ellos. Y no me refiero a reflejarnos en ellos y tratar de arreglar nuestras frustraciones, si no apoyarlos en lo que ellos realmente quieren, en sus metas. Toda persona de éxito necesita de ese pilar que lo anima y lo reanima una y otra vez, y que mejor que esa persona sea tu mamá. Quien te vio crecer, quien te dio la vida y quien mejor para saber lo que necesitas y cuando lo necesitas.
   


En un momento de mi vida viví con mi tía y recuerdo que sus dos hijas estaban en el deporte de la natación. Un día una de ellas no quería ir a su practica y yo le pregunté a mi tía que por que la obligaba a ir si ella no quería. Su respuesta: "Ellas escogieron estar en el equipo, pues ellas tienen una responsabilidad para con ellos". Y en ese momento no entendí, pero ahora se que fue muy responsable de su parte llevarlas por ese camino de cumplir y ser constantes en sus responsabilidades. Hoy día no son nadadoras profesionales, pero yo les aseguro que esa responsabilidad que su mamá les inculcó les ha ayudado y les ayudará por el resto de sus vidas. Su mamá era quien estaba siempre ahí con ellas, y aunque no entendía del deporte, sus hijas siempre contaron con su apoyo.



Nosotras como madres siempre decimos; "Por nuestros hijos damos la vida". ¿Pero hasta que punto? Por que apoyarlos hasta el final y estar ahí en sus logros y derrotas, es también darlo todo por ellos. Ese apoyo es esencial y es un regalo invaluable para los hijos. Un legado que vale mas que el oro.



Fui atleta, representé a mi pueblo y a mi universidad por muchos años. Muchos de mis familiares y amigos no estaba de acuerdo y no me apoyaban. incluyendo mis padres. En todos mis años jugando creo que vi una sola vez a mi padre en el parque, la única que puedo decir que me apoyo más fue mi mamá. Aunque no sentía ese apoyo directo, pero estaba ahí conmigo en los partidos en mi pueblo y eso valía mucho para mi. Luego estaba mi hermana, quien me acompañaba en los juegos más importantes. Quien me vio perder, pero también disfrutaba mucho verme ganar. Ese apoyo fue vital durante mis años en el deporte y hubiese dado lo que fuera por haber sentido más ese apoyo familiar.  


Mamá que me lees, que este triunfo de esa gran tenista nos sirva de ejemplo para saber lo importante que somos en la vida de nuestros hijos. Al igual que Mónica buscaba a su madre en las gradas, así también buscan los hijos nuestras caras en sus momentos de éxito. Pero no solo en sus momentos de gloria, si no también en sus momentos de caídas donde necesitan ese "No hemos terminado aun, así que levántate y vamos por más". Nosotros no estamos solos para darles de comer, llevarlos a la escuela y trabajar para darles un techo; tenemos que estar también emocionalmente. Tenemos que dejarnos ver no solo en las victorias, si no también en sus derrotas. Muchas de nosotros conocemos el talento de nuestros hijos, aprovechemos eso y apoyémoslo. Hay que aprender a escucharlos y a ser apáticos. ¿Sacrificado? Y mucho, pero eso lo hemos sabido desde que aquella prueba dio positivo. No tronchemos ese sueño por que creemos que es imposible. Se puede y hay que intentarlo, por que en el futuro no será tu frustración, si no también la de tu hijo. Tenemos que ayudarlos a encontrar ese don con el que todos nacemos, hay que desarrollar en ellos esa cualidad que sobre sale. Vamos mamás, voy a nosotras. No nos quedemos tras bastidores, seamos parte de esto. Yo estoy segura que lo disfrutaremos y al final diremos como dijo Astrid Marchán... 



"... fue un momento especial. Nos abrazamos todos. Le dije a mi esposo ‘lo logramos’”, recordó Astrid para El Nuevo Día.



(1)Mónica Puig Marchán es una tenista puertorriqueña, campeona de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en la categoría individual femenino. (https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%B3nica_Puig) 





¿Por qué debo ser madre?



Una amiga me pregunto una vez: ¿Por qué debo ser madre?


Le puedo contestar que es lo más hermoso del mundo, que es una experiencia espectacular...  

¿Pero si no se da qué? Si no se da por alguna decisión tomada entre parejas o algún problema médico, ¿nos perdemos de esa experiencia espectacular? La sociedad, la sociedad... la culpable de todos nuestras frustraciones. La sociedad nos dice como vestir, donde comer, que comer y que apariencia física tener. Hasta nos dicta cuales son los sucesos mas importante que debemos tener para ser felices.

Desde que somos chiquitas queremos ser madres y soñamos con ese momento. Vemos ese suceso como un complemento a nuestra felicidad. Muchas veces tenemos dos o tres hijos sin siquiera detenernos a analizar si queremos o no ser madre. ¿Pero realmente todas somos capaces de serlo? 


Hablemos primero de las que eligen no ser madre. Con esas nos llenamos la boca hablando de lo que se están perdiendo, de lo maravilloso que es ser madre e indirectamente la juzgamos. Sin mencionar el acoso de la familia y amigos preguntando cuándo serán madre. Yo cuestiono la decisión y se que tú también. ¿Pero por qué? ¿Acaso cuestionamos o vemos a las que sí quieren como lo hacemos con las que no? Es algo raro, ¿verdad?

Pero si lo analizas bien, la terminas admirando. Y no por que no sea hermoso ser madre, sino por que es muy maduro analizar y llegar a la conclusión que no quieres algo por la cual no naciste para serlo o simplemente no estas preparada. Por que para ser madre hay que analizarlo, no es un simple deseo o sueño, es algo real. Una responsabilidad enorme que no todas estamos dispuesta a llevar. Por que sí, sí hay que dejar cosas por tus hijos, sí hay que hacer modificaciones a tu vida por tus hijos, sí hay que tener madures para tener hijos, sí hay que sacrificar pasatiempos por tus hijos. Tu estilo de vida cambia, y cambia drásticamente y no todas estamos dispuesta a dejar. Y no significa que son cobardes, significa que tienen la suficiente madures para decir: "Yo no quiero hijos."

Ahora bien, ¿qué pasa con aquellas que sí quieren, pero no pueden? A esa no la cuestionamos, mas bien le hablamos con tristeza. Con esa no hablamos de lo hermoso del proceso, si no de lo sacrificado, difícil y a veces frustrante. Sin mencionar que sacamos la religión y los justificamos con un: "Dios sabe lo que hace."

Para mí, el proceso de la maternidad es espectacular. Saber el por qué y para qué pasan los cambios en tu cuerpo es fascinante. Sin dejar el momento en que lo miras a los ojos, ese momento único y grandioso. Ser madre es una vida nueva, un camino inimaginable y único. Pero no para todas es así. Para muchas es solo un momento, ese momento del nacimiento, ese momento de emociones, ese momento. Solo se quedan en momentos y ser madre no se trata de momentos, se trata de una vida. 

¿Qué quiero decir? Es bien importante preguntarnos por qué quiero ser madre. Muchas veces nos equivocamos en pensar que todas las mujeres deben ser madres. Nos hicieron creer que para eso nacimos. Nos llenaron la cabeza diciendo que tenemos que pasar por ese proceso y nunca pasa por la mente que quizás no podamos lograrlo. La sociedad se ha encargado de juzgarnos y dictarnos cuando y cuantos hijos tener. Y no puede ser así, esto es un proceso individual y no una obligación.   


"En todo caso, la decisión de ser madre no debe transformarse en una obsesión ni tampoco en una circunstancia sin consecuencias."


Nunca se esta preparado para ser madre, o por lo menos no para la gente con una vida normal. La maternidad, en la mayoría de los casos, llega sin pedir permiso y a veces en circunstancias menos indicada. Pero una vez que llega, el miedo y la incertidumbre invade tu cuerpo.


¿Por qué debo ser madre?, me pregunto mi amiga.
La maternidad no debe ser una obligación, ni mucho menos un capricho. La maternidad es una vida, un proceso infinito, una aventura con altas y bajas. Por que seremos madre toda la vida y alguien estará pendiente a nosotros en cada paso que damos. Es ahí donde entra la gran responsabilidad, donde nos tenemos que preguntar: ¿Estoy preparada para ser observada e imitada por el resto de mi vida?, ¿En mi día a día tengo cabida y tiempo para alguien más?, ¿Estoy lista para dejar y hacer cosas diferentes por esa personita?


Si la respuesta es sí, lánzate. La maternidad es espectacular. Mide tus capacidades al máximo. Te lleva a medir niveles de personalidad que jamás pensaste que tenias. Te lleva a conocer tus límites y te adentra en un mundo de sensaciones inimaginables, donde también se incluye el coraje, la frustración, el dolor, la tristeza y la incertidumbre. Si no puedes serlo de forma natural, la buena noticia es que para ser madre, no necesariamente, el hijo tiene que llevar tu misma sangre. 


 













Una madre responsable, el mejor trabajo voluntario que puedes hacer.

"Voluntario es la persona que, por elección propia, ofrece libremente su tiempo, sus conocimientos, su experiencia… sin recibir remuneración a cambio de la acción solidaria desde el conocimiento que su esfuerzo contribuye a la creación de un mundo mejor."


Por que en el mundo en que vivimos, la sociedad nos señala si tomamos la decisión de ser uno mismo quien se encargue de los hijos. Por que muchas veces somos señaladas por tomar el trabajo más difícil, más sacrificado y menos pagado. Quizás recibir un sueldo, ser presidenta de alguna empresa, ser la empleada del mes, administrar una compañía o tener tu propio negocio; te haga ser alguien importante en la sociedad. Porque parece ser, que ser la encargada de lo que realmente es tu responsabilidad, una vez eres madre, no es nada o no es realmente importante.

¿Por qué? Quizás eso está en tus tareas obligatorias una vez des a luz. Por eso no cuenta para la sociedad como un "trabajo". Por eso para ti misma como madre está en solamente estar ahí físicamente en los momento requeridos para el mundo 

¿Pero por qué es un trabajo voluntario?
Porque lo es, en el mundo en el que vivimos ser una madre responsable se ha convertido en el trabajo voluntario más importante al que te puedas dedicar. Pero no todas las madres lo hacen, solo una madre responsable sabe que es así. Y no todo el mundo lo reconoce como tal.

A veces la gente busca el reconocimiento para sentirse útiles, yo también lo hago, y el ser madre no lo da de forma inmediata. Pero eventualmente sí llegará. Es el reconocimiento más preciado, más importante y más gratificante que puedas recibir. Claro está, llegará si hiciste un buen trabajo.

Según la definición de lo que es un trabajo voluntario, ser una madre responsable cae en esta descripción. Cae en trabajo voluntario de acción social, de cooperación, cultural, comunitario, de desarrollo y de derechos humanos. También se trata de protección ambiental, de cooperación, de adicción y dependencia; por que no. Es el trabajo voluntario más completo, el más abarcador y de mayor responsabilidad.  

Ser una madre responsable es la mayor aportación a la sociedad que puedes hacer como persona. Es la manera más eficaz de fortalecer un pueblo, la donación más importante con la que puedes contribuir  para el mundo. El regalo mas valioso que puedes dar.


El trabajo voluntario debería cumplir tres condiciones: 
  • Ser desinteresado: el voluntario no persigue ningún tipo de beneficio ni gratificación por su ayuda. 
  • Ser intencionado: el voluntario persigue un fin y un objetivo positivo (buscar un cambio a mejor en la situación del otro) y legítimo (el voluntario goza de capacidad suficiente para realizar la ayuda y de cierto consentimiento por parte del otro que le permite que le ayude). 
  • Estar justificado: responde a una necesidad real del beneficiario de la misma. No es un pasatiempo ni un entretenimiento sin más, sino que persigue la satisfacción de una necesidad previamente definido como tal. 


Pero claro está, como cualquier otro trabajo voluntario, no todas estamos dispuestas a cumplir con estas condiciones o no todas somos capaces de realizarlo eficazmente, aunque tengamos el título de madre. O simplemente no estamos capacitadas para esta tarea. A veces nos enfuscamos más en buscar en otro lado, quizás explorando otros campos fuera de nuestro ambiente. Por que al fin y al cabo eres madre, nada más.

Por que no es suficiente "dar la vida" por tu hijo. Eso lo podría hacer cualquiera, se trata de darle a tu hijo la mejor calidad de vida. No en lo económico, si no en su fuerza mental y emocional. Por que ellos no decidieron venir al mundo, nosotros decidimos traerlos. Quizás por un antojo, por que la sociedad lo dice o por egoístas. Por lo tanto es nuestra responsabilidad su crecimiento y hacer de ellos algo en este mundo. No hacer un espejo de nosotras mismas, es hacer un ser humano existencial con el que valga la pena coexistir en la sociedad. Algo así como la versión mejorada de nuestra propia existencia.

Por eso, cuando conozcas a una madre responsable no minimices su trabajo o lo des por una obligación. Reconócela y agradécele por esa aportación tan importante que le regala a la sociedad, al mundo en el que vives y vivirás hasta que mueras.