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¿Por qué debo ser madre?



Una amiga me pregunto una vez: ¿Por qué debo ser madre?


Le puedo contestar que es lo más hermoso del mundo, que es una experiencia espectacular...  

¿Pero si no se da qué? Si no se da por alguna decisión tomada entre parejas o algún problema médico, ¿nos perdemos de esa experiencia espectacular? La sociedad, la sociedad... la culpable de todos nuestras frustraciones. La sociedad nos dice como vestir, donde comer, que comer y que apariencia física tener. Hasta nos dicta cuales son los sucesos mas importante que debemos tener para ser felices.

Desde que somos chiquitas queremos ser madres y soñamos con ese momento. Vemos ese suceso como un complemento a nuestra felicidad. Muchas veces tenemos dos o tres hijos sin siquiera detenernos a analizar si queremos o no ser madre. ¿Pero realmente todas somos capaces de serlo? 


Hablemos primero de las que eligen no ser madre. Con esas nos llenamos la boca hablando de lo que se están perdiendo, de lo maravilloso que es ser madre e indirectamente la juzgamos. Sin mencionar el acoso de la familia y amigos preguntando cuándo serán madre. Yo cuestiono la decisión y se que tú también. ¿Pero por qué? ¿Acaso cuestionamos o vemos a las que sí quieren como lo hacemos con las que no? Es algo raro, ¿verdad?

Pero si lo analizas bien, la terminas admirando. Y no por que no sea hermoso ser madre, sino por que es muy maduro analizar y llegar a la conclusión que no quieres algo por la cual no naciste para serlo o simplemente no estas preparada. Por que para ser madre hay que analizarlo, no es un simple deseo o sueño, es algo real. Una responsabilidad enorme que no todas estamos dispuesta a llevar. Por que sí, sí hay que dejar cosas por tus hijos, sí hay que hacer modificaciones a tu vida por tus hijos, sí hay que tener madures para tener hijos, sí hay que sacrificar pasatiempos por tus hijos. Tu estilo de vida cambia, y cambia drásticamente y no todas estamos dispuesta a dejar. Y no significa que son cobardes, significa que tienen la suficiente madures para decir: "Yo no quiero hijos."

Ahora bien, ¿qué pasa con aquellas que sí quieren, pero no pueden? A esa no la cuestionamos, mas bien le hablamos con tristeza. Con esa no hablamos de lo hermoso del proceso, si no de lo sacrificado, difícil y a veces frustrante. Sin mencionar que sacamos la religión y los justificamos con un: "Dios sabe lo que hace."

Para mí, el proceso de la maternidad es espectacular. Saber el por qué y para qué pasan los cambios en tu cuerpo es fascinante. Sin dejar el momento en que lo miras a los ojos, ese momento único y grandioso. Ser madre es una vida nueva, un camino inimaginable y único. Pero no para todas es así. Para muchas es solo un momento, ese momento del nacimiento, ese momento de emociones, ese momento. Solo se quedan en momentos y ser madre no se trata de momentos, se trata de una vida. 

¿Qué quiero decir? Es bien importante preguntarnos por qué quiero ser madre. Muchas veces nos equivocamos en pensar que todas las mujeres deben ser madres. Nos hicieron creer que para eso nacimos. Nos llenaron la cabeza diciendo que tenemos que pasar por ese proceso y nunca pasa por la mente que quizás no podamos lograrlo. La sociedad se ha encargado de juzgarnos y dictarnos cuando y cuantos hijos tener. Y no puede ser así, esto es un proceso individual y no una obligación.   


"En todo caso, la decisión de ser madre no debe transformarse en una obsesión ni tampoco en una circunstancia sin consecuencias."


Nunca se esta preparado para ser madre, o por lo menos no para la gente con una vida normal. La maternidad, en la mayoría de los casos, llega sin pedir permiso y a veces en circunstancias menos indicada. Pero una vez que llega, el miedo y la incertidumbre invade tu cuerpo.


¿Por qué debo ser madre?, me pregunto mi amiga.
La maternidad no debe ser una obligación, ni mucho menos un capricho. La maternidad es una vida, un proceso infinito, una aventura con altas y bajas. Por que seremos madre toda la vida y alguien estará pendiente a nosotros en cada paso que damos. Es ahí donde entra la gran responsabilidad, donde nos tenemos que preguntar: ¿Estoy preparada para ser observada e imitada por el resto de mi vida?, ¿En mi día a día tengo cabida y tiempo para alguien más?, ¿Estoy lista para dejar y hacer cosas diferentes por esa personita?


Si la respuesta es sí, lánzate. La maternidad es espectacular. Mide tus capacidades al máximo. Te lleva a medir niveles de personalidad que jamás pensaste que tenias. Te lleva a conocer tus límites y te adentra en un mundo de sensaciones inimaginables, donde también se incluye el coraje, la frustración, el dolor, la tristeza y la incertidumbre. Si no puedes serlo de forma natural, la buena noticia es que para ser madre, no necesariamente, el hijo tiene que llevar tu misma sangre.