https://mamidesdemipuntodevista.blogspot.com/

Dedicado a mi ángel, por que siempre seras el primero.

Como madre he pasado diferentes experiencias un poco dificiles, entre ellas está la pérdida de mi primer bebé. Catalogada como "Mi GRAN tristeza", mi gran dolor, mi mayor desilución, algo que no le deseo ni a mi peor enemigo.

Recuerdo mucho a mi bebé, Janluis como le llamamos. Mi primera experiencia, una experiancia que me ayudó a ver muchas cosas que hasta ese entonces no comprendia, a entender el rol fascinante de llevar una vida. De sentirla crecer y saber que eres un instrumento que Dios utiliza para darle vida a la vida.

Aquí les comparto mi carta que me ayudo a sanar la herida, a sacar mi coraje y a entender un poco la voluntad de Dios. Aprendí que la FÉ es mucho mas que un milagro, la FÉ es entender que Dios lo tiene todo resuelto y que él estará contigo en todo momento...


"Hola Janluis, te habla mamá. Sé que esto te lo pregunto todas las noches y cada segundo que me acuerdo de ti. Pero aun así quiero que sepas tu historia, quizás así me puedas contestar: ¿Por qué te fuiste, por qué me dejaste?Sabes, todo comenzó cuando papá y mamá decidieron reconciliarse como muchas otras ocasiones. Pero esa noche fue diferente… 

Todo paso un 4 de septiembre. Esa noche papá se quedaba en el Hotel San Juan en Isla Verde. Cuando salí de trabajar me dirigí hacia allá. Mamá llegó, recuerdo que era la habitación 217 del hotel. Mamá estaba emocionaba, iba a ver a papá. Nos amábamos, pero factores externos no nos dejaban estar juntos. Esa noche nos amamos, como muchas otras veces; pero rompimos las reglas sin poder evitarlo. Como olvidar las palabras de papá: “No te preocupes mi amor, todo va a estar bien”. Sabíamos que habíamos ido más allá de los límites.
¿Pero después de todo, si fuiste creado por dos personas que se amaban con un amor puro y sincero, por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Mamá se atrasó, pero como otras veces pasaba, no le di importancia al asunto y pensé dar una semana más. Recuerdo que fue la tarde del 23 de septiembre y mamá estaba trabajando. Pero la curiosidad la llevó a realizarse una prueba casera. Mamá no lo podía creer, había dado positivo. Para esos momentos papá y mamá tenían problemas y estaban convencidos que debían separarse. Pero aun así me comunico con papá y le digo lo que estaba pasando. Me dijo que me tranquilizara y que me asegurara de lo que estaba diciendo. Yo estaba bien nerviosa, así que me compre dos pruebas más, pero los nervios de mamá hicieron que se dañaran. Entonces decido hacerme la prueba de sangre. Pero el resultado fue el mismo: POSITIVO. Grite, lloré y reí, tenia sentimientos encontrados. Sentía miedo y alegría al mismo tiempo, no podía creer lo que estaba pasando. Eso sí, nunca pensé en terminar contigo, NUNCA. 
¿Pero entonces, si acepte mi responsabilidad sin titubear, aunque sola quizás, y supe que esto iba a generar muchos problemas y aun así nunca pensé en salir de ti; por qué te fuiste, por qué me dejaste? 

Es aquí donde comienza el proceso más difícil de mi vida. Papá me dijo que no estaba sola, que podía contar con él. Pero mi preocupación y las preocupaciones de papá empeoraron las cosas. Definitivamente, pensé, esto no va a funcionar. Para mi TU nunca fuiste un problema, aunque tenía miedo de caminar sola, sin la ayuda de papá. Las discusiones entre él y yo se habían salido de rumbo. Es ahí cuando decido irme del país y salir adelante tú y yo, solos. A pesar de todo papá no me dejo, me dijo que no lo dejáramos, que no lo apartara de ti, que el quería ser parte de nosotros. Entonces buscamos ayuda y así pudimos salir poco a poco hacia adelante y juntos los tres. Estábamos felices, pero mamá había sufrido, mejor dicho, mamá había llorado mucho. Lloraba todas las noches, no sabía que iba a pasar. Papá tenía muchos problemas y eso me daba mucho miedo. Todo se había complicado de un momento a otro, pero el amor que nos teníamos fue mayor que cualquier otro problema y los fuimos superando. Decidimos dejar nuestro orgullo a un lado, todo por TI. 
¿Si mamá te puso por encima de todo, si tu protección era más importante para ella que todo lo demás; por qué te fuiste, por qué me dejaste? 

Llego la hora de la primera cita. Por fin, después de tanto trabajo, las cosas iban cogiendo forma. Que nervioso estábamos, aun después de las pruebas no creíamos que íbamos a ser padres. Entonces entramos, me iban hacer mi primer sonograma. Hay estabas, bien chiquito, eras como un gusanito. Escuchamos tu corazón, estabas VIVO. Mamá lloró al escucharlo, no podía creer que una vida crecía dentro de mí. Es ahí cuando supe que tu vida dependía de la mía, que gran responsabilidad. Papá también se emocionó, su cara de asombro valía un millón. Definitivamente, íbamos a ser mamá y papá. Para ese entonces ya tenía seis semanas de embarazo, todo estaba bien.
¿Pero si todo estaba bien, si estábamos bien emocionados contigo; por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Comenzó entonces la mala barriga, el cuco de todas las mujeres. Era horrible los síntomas, todo me daba mal olor, malestar, nauseas. Pero supe que la mala barriga es un indicativo de que tú estabas creciendo, así que no me importó. Por esto y por otras cosas que ocurrían en mi cuerpo me compre un libro para entender paso por paso lo que ocurría. A ese libro le llame mi biblia, por el entendí lo que estaba pasando y lo que posiblemente pasaría o sentiría con el pasar el tiempo. Sabes, Dios hizo a la mujer tan perfecta. Todo tiene un sentido y todo mi cuerpo se preparaba para tu desarrollo. 
Aprendí cosas asombrosas sobre el proceso del embarazo, quería darte lo mejor de mí y entenderte desde que estabas en mi vientre; pero no entiendo, ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Mamá y papá no vivían juntos, todavía había que poner varias cosas en orden. Eso angustiaba mucho a mamá, pero papá decía que tuviera un poco de paciencia. Así que así fue, vivimos separados pero juntos a la vez. Aprovechamos cada momento que podíamos estar juntos y comenzamos a entendernos. Nadie entendía nuestra relación, solo él y yo. Eso trajo más incertidumbre para mamá, pero volvimos a salir adelante. 
¿Si mamá y papá atravesaron miles de obstáculos que se interponían entre nosotros y salimos adelante para darte lo que te merecías; por que te fuiste, por que me dejaste? 

Miércoles, 24 de diciembre; fue el día en que supimos que eras varón. Tenias que ver la cara de alegría que tenía papá. Si hubiese podido gritar y brincar, créeme, lo hubiese hecho. Fue un día lleno de emociones, papá llamo a todo el mundo para dejarle saber que iba a tener un varón. Yo iba a aceptar lo que fueras, pero para papá siempre fuiste el nene. Papá se visualizaba jugando con tus juguetes, incluso fuimos a ver carritos a control remoto. Papá estaba contento y mamá se emocionaba más y más.
Que alegría sentimos cuando supimos tu sexo, papá decía que al fin papá Dios lo había escuchado; pero entonces, ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste? 

Llego la hora de hacerme las pruebas de sangre. Los resultados llegaron, saliste positivo en una de las pruebas. Mamá y papá estaban bien tristes y como no era seguro decidimos callar, para que no nos preocuparan de más. Mamá rezo todas las noches por ti, para que saliera todo bien. Mamá tenía que ir al Centro Médico, a la clínica de alto riesgo en el embarazo. Llegó la hora de saber si todo andaba bien. Mamá no durmió en toda la noche y yo se que papá tampoco. Aunque algo dentro de mi sabia que todo iba a estar bien, y así fue. Los resultados salieron bien, excepto por algunas advertencias. 
Mamá se alegró tanto cuando los resultados finales fueron positivos; pero si todo estaba bien, ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Llegó la tarde del miércoles, 11 de marzo, nunca olvidare esa fecha. Mamá se había sentido ese día, como todos los anteriores, bien cansada. Cuando mamá sale de trabajar llama a papá para dejarle saber que se dirigía hacia la oficina del doctor para ir a la cita. Era la primera vez que mamá y papá iban en carros separados. Llegue a la oficina del médico y como de costumbre me anoté, esta vez quise ser la última para así darle tiempo a papá a que llegara. Pero me llamaron y pase a que me tomaran la presión, y es ahí donde comenzó todo. Dos enfermeras me la tomaron, había algo raro. Entonces llego la hora del rutinario sonograma. El doctor, a diferencia de otros días, fue quien llevó a cabo el mismo. Algo andaba mal, tú no te veías bien y el doctor decía que se debía a que tenía la presión alta. Luego intento tomar las medidas de tus huesitos, pero no concordaban con el tiempo de gestación. Me dio mucho miedo, el doctor actuaba como si algo malo estuviera pasando. Es ahí donde el doctor me toma nuevamente la presión y decide entonces que me tenia q hospitalizar. Papá no había llegado y entonces decido llamarlo para indicarle lo que estaba pasando. Mamá contuvo el llanto y trato de calmarse. Me llevaron en silla de ruedas hacia el hospital mientras el doctor me indicaba que posiblemente me tenía que practicar una cesaria, pero que tú estabas bien. Me hice creer que todo estaba bien y que solo me iban a tener en observación. 
Durante el trayecto de la oficina al hospital mamá se dijo así misma que todo iba a estar bien, contuvo el llanto y trato de calmar los nervios; pero no entiendo ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Acostada en una camilla, con la ropa quitada, con 5 enfermeras alrededor mío; cerré los ojos bien fuerte y comencé a rezar. Solo escuchaba al doctor dando instrucciones a las enfermeras y un leve calor que corría por mi cuerpo. Tenía mucho miedo, pero llegó papá y me calme un poco. No pude contener las lagrimas y lo mal que me sentía, pero papá me dijo que me tranquilizara “que todo iba a estar bien” y le creí. El doctor dijo que mi vida corría peligro; que tenía que practicarme una cesaria de emergencia. El me indico que tú estabas bien, que tu corazón palpitaba muy bien. Entonces llegaron las enfermeras que me llevarían a la sala de parto. De camino allá recé tanto por ti, te repetía una y mil veces que mamá te amaba y que seriamos fuerte en el proceso, que pronto nos íbamos a ver. 
Tenía mucha fe, para mí no cabía en mi mente la posibilidad de que pasara nada malo; pero entonces ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Llego el momento de la operación. Mamá estaba muy nerviosa pero a la vez estaba tranquila. Para mí no existía lo negativo y todo iba a estar bien. Rezaba y rezaba y me repetía una y mil veces: Mamá es fuerte y tú también lo serás. Pronto nos veremos por fin. Entonces me adormecieron de la cintura para abajo. Por las luces vi el reflejo de todo el proceso. Hasta sentí cuando te sacaron, fue como si me despegaran algo de adentro de mí. Entonces esperé tu llanto, el cual nunca llegó. Mamá comenzó a llorar, sabía que algo andaba mal. No te escuchaba y de ahí no recuerdo nada más hasta que me dieron la mala noticia.
Pero si mamá tenía mucha fé de que todo estaba bien; ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

El doctor me dice que no sobreviviste, que respiraste y moriste al momento. Mamá te vio, eras hermoso como mamá te había soñado. Te cogí la mano entre mis dedos y no recuerdo nada más. Solo recuerdo estando de camino para el cuarto gritando que te quería. Que me devolvieran a mi hijo. Luego recuerdo estar en el cuarto con papá y solo le decía que me perdonara por que no había sido capaz de mantenerte vivo. Papá me decía que me tranquilizara por que estaba mal y se podía complicar mi estado de salud. Que por favor me tranquilizara. Pero yo no quería, yo solo te quería a ti, solo te quería vivo. No aceptaba lo que estaba pasando, para mí solo era una pesadilla que pronto acabaría. Vi a mi mamá, a mi hermana, hasta a mi mejor amiga; pero ninguna me podía devolver lo que había perdido, ni siquiera sus palabras me aliviaban el dolor tan grande que sentía.
Sufrí mucho, no tienes idea cuanto te deseaba; ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Pasaron los días, el dolor era inmenso. Créeme mi amor, no quería salir de ahí. Quería morir dentro de esas cuatro paredes que me comían poco a poco. Pero papá me ayudó a salir, me dio fuerzas para aceptar la realidad. Yo sabía que él estaba bien desilusionado, pero me ayudo a levantarme. El dolor fue fuerte, pero más fuerte fue el dolor que tenía en mis pechos. El saber que el sueño de mamá de amamantarte era en vano. Mis pechos produjeron leche y el dolor era doble. Eso me daba mucho más coraje con la vida. Sentía que estaba siendo injusta conmigo.
Janluis, pregúntale a Dios por que me hizo pasar por todo esto; ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Recibí miles de postales con mensajes hermosos, miles de palabras aun más bonitos de muchas personas que me querían mucho; pero créeme, ninguna calmaba el dolor que tenía mi corazón. No dormía, no podía dormir sin antes llorar por ti. 
En cuanto me encontraba sola solo pensaba en ti y en… ¿Por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Entonces decidí tener una plática con Dios, solo él y yo. Llegué a las tres cruces, en la Santa Montana, y me senté frente a él con un rosario en mano y con los ojos llenos de lagrimas. Le pregunté una y mil veces por que te había llevado, pero no me respondió. Le pregunté el por qué a ti, habiendo tantos niños que no eran deseados y estaban sufriendo por falta de lo que tú ya tenias de mas, AMOR. Ese día comprendí que a Dios le hacía falta un alma pura y llena de mucho amor; y te escogió a ti, porque eso era lo que te sobraba, AMOR. Entonces te recé como se le hace a cualquier alma que va de camino al cielo, para que no te perdieras y encontraras el camino correcto. Recé para que me ayudaras a aliviar el dolor y aceptar lo que estaba ocurriendo y lo que me iba a encontrar más adelante.
Ay Janluis, bebé de mami; ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Llegó el momento de enfrentarme a la realidad, enterrarte o cremarte. Te cremé, yo te quería tener conmigo siempre y así fue. Escogí la mejor vasijita para echar tus cenizas y donde tengo grabados tus piecitos. Hoy tengo tus cenizas conmigo en un lugar muy bonito como tú. Todavía recuerdo tus manitas entre mi dedo, como si me hubieses cogido la mano y aun te recuerdo. Y con ansias espero el día en poder darte un hermanito. 
Aun espero los resultados de la autopsia para ver si así puedo entender mejor; ¿por qué te fuiste, por qué me dejaste?

Pasó el tiempo y mamá lloraba todas las noches por ti, papá se daba cuenta y trataba de calmarme, pero yo sabía que a él también le afectaba. Tenía mucho miedo, miedo a perder a otro ser querido, miedo a perder a papé. Es ahí cuando me doy cuenta que necesitaba ayuda para poder aprender a vivir con mi dolor y no afectar lo que por fin tenía, una relación sana con papá. Entonces fui a buscar ayuda spiritual. Fui en busca de respuestas y fuerzas para entender. ¿Pero sabes qué? Me di cuenta que las respuestas las encontraré en mi camino y las fuerzas tu me las distes, pero no me había dado cuenta. Me hiciste ver que soy más fuerte de lo que pensaba y que VALGO HOY MUCHO MAS QUE AYER. 

Aun te extraño y lloro por ti. Nunca te voy a olvidar por que eras y serás el primero, el bebé de mamá…
TE AMO Y AUN SIGO SIN ENTENDER POR QUE TE FUISTE, POR QUE ME DEJASTE."
 
 

Todavía lloro al leer esta carta y creanme que ha sido duro, aunque aprendí a llorar sola acordandome de él. Pero la diferencia es que lloro fuerte, por que aprendí a vivir con mi dolor sin caer, orgullosa de mí y de mis dos hijos. Invito a toda aquella mujer que halla pasado por lo mismo a sacarse el dolor, a aceptar la realidad y a entender que HOY VALEMOS MUCHO MAS QUE AYER...
Gracias por tomarte el tiempo y leer mi historia sobre "Mi GRAN trizteza".

Cuando terminé de escribir este mensaje me llegó un blog muy bonito relacionado a este tema titulado: Vacío... y me llamó mucho la atención. Y termino mi vivencia con este parrafo, el cual resume mi pensar...
"El duelo es complicado, yo no soy una experta, y apenas puedo vislumbrar cierto dolor a través del mío.
Empatizar o ponerse en la piel de otro es difícil y tremendamente duro a veces.
Escucho a mujeres que tras perdidas, de 12, 15, 20 semanas se incorporan al día siguiente al trabajo y han de aguantar con estoicidad y cabeza alta las tonterías del mundo.
Un mundo a veces irónico y estúpido que no comprende.
Que no acompaña.
No entiendo de psicología, apenas de duelos mas que por los vividos, pero si entiendo que en nuestra cultura el luto se viste por fuera pero se llora por dentro." http://princesasyprincesos.wordpress.com 





Mi nombre: Mami

Por que ser madre a tiempo completo es un arte, es un viaje lleno de emociones... es una hermosa aventura. 
Mami, asi me llaman mis compañeros de viaje, mis hijos. 
Tengo dos hermosos hijos y un angelito, y en este caminar no faltan emociones, aventuras, pero sobre todo, retos. He leído mucho sobre este arte de ser madre, pero les puedo decir que cada experiencia es única y que cada madre lleva un camino diferente. Es por eso que me gustaría que conocieran el mío, al que le llamo "Mi nombre: Mami".

Actualmente hago este papel 24/7 y créanme que es igual o peor de agotador que cualquier otro trabajo. Aquí no hay días libre, ni mucho menos días festivos, ni fines de semana de descanso y las horas de sueño son inciertas. Ni hablar de los "pasatiempos favoritos", esos ya están extintos. Mis momentos de descanso diario son tres horas, donde están en la guardería. Aunque a veces ni los siento, puesto que es mi momento de limpieza, ir al supermercado, hacer diligencias, citas médicas, etc. Quieres hacer tanto en tan poco tiempo que terminas agotada y cuando se acaba ves que solo hiciste una cuarta parte de lo que querías hacer. 

Mi incomodidad sobre esto es lo que la gente cree que es ser mamá 24/7. Muchas veces me siento incomoda decir que soy madre a tiempo completo y me ha afectado en todo. Para muchos, no haces nada, estas en tu casa haciendo nada. Sinceramente eso me molesta, aunque lo entiendo, pues yo también lo pensaba antes de aceptar el reto. Si eres uno de ellos, te invito a vivir conmigo unas 24 horas. 

Muchas veces he querido rendirme, pero me encuentro con que no es posible. Serás mami toda la vida, aunque intentes evadirlo. Por que ser madre en esta sociedad es un reto, un GRAN reto y no todo el mundo esta apto o simplemente no estás dispuesta a dejar de ser tú un 100% para ser tú un 15% o quizás hasta menos. Por que la realidad, por mas que se escriba lo contrario, nunca serás la misma luego de convertirte en madre y mucho menos si eres madre 24/7.