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Te Invito a Observar

 
Pensando en mi próximo escrito, mientras lactaba a mi peque, me interrumpió una cosa: la caricia más suave que pueda existir, la de mi chico. Y de ahí salió: Te Invito a Observar.
 
¿Te has detenido a observar a tus chicos/as? ¿Verdad que son una maravilla?
 
Su cara... perfecta!!! Esa es la mejor descripción. Sus ojos expresivos, la mirada más dulce y limpia. Sin maldad, la mirada más inocente que te puedan dar, la más profunda y sincera. Las expresiones de su cara, sus muecas. Su tono de voz, las palabras más hermosas, sinceras y dulces que puedas escuchar. Y no puedo dejar sus cachetes. Esos cachetes ricos para apretar, suaves y limpios.

Sus manos... tiernas!!! De donde salen las caricias más ricas, más dulces y sobre todo las más reales y sinceras. Sus dedos, mis "salchichitas". Perfectos y limpios. Las manos que solo han experimentado lo más tierno de la vida. Las mismas que nunca se han manchado con pecado, puras y suaves. las que dan gusto coger y besar. Las que brindan las caricias más sanas, las caricias más ricas que puedas sentir. Solo están para experimentar, para explorar, para aprender y sentir. Inocentes y puras.

El sonido de su corazón latiendo... un regalo maravilloso!!! Poner mi oído y escuchar su corazón latir sin parar es la música más gratificante y hermosa que jamás he escuchado. Su palpitar apresurado solo me indica que está lleno de energía, emociones y muchas ganas de vivir. La prueba de que Dios existe y es perfecto.

Su espalda... suavidad!!! No existe otra palabra que la describa mejor. Acariciar su espalda se ha convertido en mi hobbie favorito. Es suave, perfecta. Sin ningún rasgo de error.

Sus piernas... maravillosas!!! Llenas de energía pura. Con muchas ganas de recorrer el mundo sin parar. Sin rumbo, sin límites (ese solo se lo pones tú). Dispuestas a recorrer el rincón más oculto del planeta. Como dice mi hermana, los pies de los niños son tan ricos. Su parte favorita, y tiene toda la razón. Esos dedos en miniatura, de diferentes tamaños, pero la misma suavidad que tiene todo su cuerpo perfecto.

Su cuerpo, sus ocurrencias, sus palabras. Una de las satisfacciones más grandes que he tenido, es la oportunidad de estar con mis chiquitos cada etapa de sus vidas. Vivir minuto a minuto sus logros, disfrutármelos al máximo. Escuchar sus primeras palabras, ver sus primeros pasos, alimentarlos con mi pecho sus primeros años de vida; todo. He tenido la dicha de poder disfrutarlos cada segundo de sus vidas. Por eso y por ellos, GRACIAS DIOS.

"Porque seré madre toda la vida, pero ellos serán niños solo una vez."